domingo, 3 de abril de 2011

La generación perdida


Cuando empecé la segunda generación de Skins estaba segura de que la serie no sería igual. No podría empatizar tanto con unos personajes de ficción como lo hice con Tony y compañía. Pero ahí llegó la nueva generación pisando fuerte y dejando huella. Tal fue mi sorpresa que cuando acabó y le tocaba el turno a la siguiente no dudé tanto en ponerme con ella como lo había hecho con su predecesora.

Llegó entonces ese primer capítulo donde nos fueron presentado una realidad que giraba alrededor de una joven que era de todo menos convencional, como habían sido hasta ahora todos los personajes de la serie. La cosa prometía. Sus sombras sobrepasaban con creces a sus luces. Su único apoyo era un muñeco de madera sin forma que la acompañaba a todas partes.

Es el capítulo de partida donde conoce a todos los personajes que la acompañaran durante la temporada. Brilla sobre todos y cada uno de ellos, pero no sorprende pues es su capítulo, donde más debemos disfrutar de su personaje y así es. El problema aparece cuando uno se da cuenta de que más que ser su capítulo es su serie, porque ¿a alguien le importa lo que les pase a los demás?

Y claro, una carga así, ni un personaje tan bueno es capaz de aguantarlo. Poco a poco se va hundiendo como consecuencia del peso que lleva sobre sus hombros. Ni siquiera sus historias acaban siendo verosímiles por la prisa de los guiones de contar una trama sin pies ni cabeza.

Para ello hilan unos personajes con otros sin ningún sentido común. Ni siquiera esa pareja, que por la no-boda que montan parecen creer que han nacido para estar juntos, es verosímil. Y qué decir de Matty y Liv. O de Mini y ese interés repentino por Franky, porque nos quejamos de que Matty en dos segundos quede prendado de la chica, pero lo de Mini es lo más incomprensible del mundo teniendo en cuenta como se desarrolla su personaje hasta ese momento.

Son tantas las incoherencias con que me he encontrado, las tramas que tan poco interés me han producido y la indiferencia que siento ante tantos personajes que mucho ha de mejorar esta generación en su segunda temporada para que consiga ponerse, al menos, a la misma altura que sus predecesoras.