jueves, 21 de octubre de 2010

An ordinary familiy


Cuando leía y oía hablar de los upfronts del pasado mayo tenía la sensación de que todo el mundo estaba deseando ver No Ordinary Family. No sé por qué, pero a mí no me atraía tanto así a primera vista. Sí, una familia con superpoderes, pero al fin y al cabo, sonaba a eso, a una serie que giraba en torno a una familia y, por lo tanto, su tono iba a ir en esa línea. Mis sospechas fueron confirmadas con el piloto, era una serie familiar. Pero quizá por todo esto, la serie no me ha decepcionado. Es lo que es, ni más ni menos.

La familia está compuesta por un matrimonio y sus dos hijos adolescentes, por lo tanto vamos a tener historias que van a girar constantemente alrededor de estos cuatro personajes. El problema de esto es que no tienen grandes secundarios en los que apoyar el peso de las tramas cuando sea necesario y, teniendo en cuenta que en esa familia están siempre unos enfadados con otros y todos de mal humor, el público puede cansarse muy rápido de ellos.

Por suerte, la serie cuenta con unos actores que seguramente hagan que este proceso se retrase (aunque nadie hace milagros). Michael Chiklis demuestra que puede con todo y Julie Benz, aunque no sea santo de mi devoción, sabe donde tiene que estar. Los que me han sorprendido gratamente son los hijos. La primera vez que vi a Daphne (Kay Panabaker) hizo que tuviese que correr a la IMDb, porque su cara me era demasiado familiar. Supongo que ser la hija de Catherine Willows en la longeva CSI o compartir serie con un, por aquel entonces, desconocido Zach Efron es lo que tiene. Con esa experiencia ha conseguido que el personaje que interpreta no sea tan cargante, aunque parece que alguien se ha propuesto lo contrario, porque menudas líneas le regalan los guionistas algunas veces a la pobre cría. Y ya que estaba en la IMDb había que echar un vistazo a la ficha de su hermano en la ficción (Jimmy Bennet). Resultó que el que yo creía un desconocido en la pequeña pantalla lleva más años dentro que fuera de ella.

Con todo esto, sin embargo, lo que más temía era como iban a utilizar los efectos especiales, indispensables en una serie de esta temática. Por suerte han sido razonables en este aspecto. La filosofía que me parece leer entre líneas es “no vamos a usarlos más de lo necesario”, lo que además se agradece infinitamente. Vale que la que escribe esta entrada no sea una gran fan de la ciencia ficción y por lo tanto no necesite mucho, pero lo malo de querer utilizar muchos efectos es que corres el peligro de quedarte corto en tecnología y que el resultado final sea algo peor que el cartón-piedra. Lo poco que hay es correcto y a mí me vale. Me vale, porque como dije en un principio no tenía grandes expectativas y en el fondo no me ha defraudado. Por ello, esta serie se ha ganado un huequecillo en mi amado disco duro y cuando no tenga otra cosa, será un valor por el que apostaré. Eso sí, cuando no tenga otra cosa.

sábado, 2 de octubre de 2010

Series de (mi) verano


Cuando el verano está llegando todos hacemos planes sobre cuantas series queremos ver y cuantos revisionados queremos hacer. En mi caso, al menos, estos nunca se cumplen. Y mira que lo intento, pero no hay manera. En cualquier caso, este año se ha vuelto aun más complicado y es que es lo que tiene pasar la mayor parte del tiempo en un pueblo perdido de la mano de Dios y sin conexión a Internet.

A esta falta de comunicación con el mundo exterior he podido sobrevivir gracias a mi amado disco duro. Porque sí, sin Internet, pero nunca sin series. No hubiese superado el síndrome de abstinencia sin esas temporadas que tenía guardadas o que han caído en mis manos en mis breves vueltas a Madrid. Así que ahora toca un breve repaso de ellas (libre de spoilers, of course).

White Collar. Vale que a pesar de tener una trama de fondo, es procedimental; vale que es una serie simpática, pero no tiene mucho más en lo que profundizar, pero ¿alguien me puede negar que la pareja que forman Neal y Peter no es encantadora? Además que sólo por ver que súper traje iba a llevar en el capítulo siguiente Neal era capaz de seguir viendo uno detrás de otro.

Covert Affaires. ¿Y a mí por qué esta serie me recuerda a las típicas películas de Walt Disney con actores de carne y hueso? Vamos que sólo le faltaba el perro que juega al fútbol en un equipo con niños o una chica que descubre que pertenece a la familia real de un pequeño país europeo para tener todos los elementos de este tipo de películas. Ni siquiera el que cuenten con la gran “zorra implacable” de House (Anne Dudek) sirve de mucho. Parecía envuelta en caramelo de lo dulce que era; abstenerse diabéticos, por favor. También aparece Sendhil Ramamurthy, Suresh en Heroes, y confirma aquí que efectivamente no le corre sangre por las venas. Que chico más soso, madre mía. En cualquier caso, como yo me trago todo veré, la segunda temporada.

True Blood. Oye y que de principio a fin me he visto esta serie. Como ya dije en una entrada anterior en el blog, es una de esas series que sigo viendo y todavía no sé por qué. Ahora, he de reconocer que ha sido la temporada que más me ha gustado. Eso sí, el final ha sido de los que te deja con una cara de idiota de las que habría que hacer una foto. Esa escena final es de las históricas dentro de esta serie de lo WTF que era. Y os confieso una cosa, la urna que recoge los restos de uno de los vampiros (no daré más detalles para no spoilear, pero todo el que lo haya visto sabe de lo que hablo) es igualita a una que tengo en mi salón, sólo que la mía está llena de caramelos.

Desde luego, ha habido otras muchas. Cosas de la temporada pasada que no me dio tiempo a ver, como How to make it in America, a la que merece la pena, sin duda, darle una oportunidad. Con una primera temporada muy breve es una joyita que no se puede desperdiciar, teniendo en cuenta el poco tiempo que hay que dedicarle. Series que llevaban mucho tiempo en la lista de “las grandes pendientes” como How I met your mother, y que ahora me arrepiento no haberme puesto antes con ella con los momentos de reírme hasta no poder más que me ha dado. Y revisiones como la de The big bang theory, de la que tenía tanto mono que al no haber capítulos nuevos me puse con los antiguos, o la Nikita de los noventa, que veía de pequeña y de la que no recordaba casi nada, así que ante el estreno de la nueva versión era el momento perfecto para ponerme a verla.

Y en resumen, ese ha sido mi verano fuera de la civilización. A partir de ahora y con las vacaciones acabadas prometemos más actualizaciones y mucho más sobre series.